domingo, 16 de junio de 2013

poesía...

palimpsesto
pizarra en poesía
palabra caída
destructiva derruida arruinada
todo ya me desvanece en los dedos
 

yo lírico ...

                        a cada mirada pido
      no la imagen    que mira
    sino la imagen de mi mirada
               
                     a un cuerpo pido
                        un cuerpo para hacer mi cuerpo
                                    del que salga mi cuerpo
        para hacer un cuerpo
                                        que a cada hora agregue
                                                  una hora que dure otra hora
                                       que lleve la hora que paso
                                                   

                                                    extendida en dos

                                                                                         a cada palabra pido
                                                                                             una palabra que agregue
                                                                                            cada palabra en otra


                                               que extienda un hombre
                                                que nombre un nombre
                                                           para  anhombrarme                                                            

y diga
a cada cuerpo un cuerpo
y a cada mirada mirada
ninguna palabra

tan pronto me han pasado los años
anda mi nombre andante anombrado por otros

tan firme como el filo de una copa que está yo
en el instante -mi-s-mí-simo- del quiebre.
                     

tecnología XI?

va la mañana
vomita la vereda
manchada de domingo
en-madrugada
dormida en el umbral de mármol aburrida

la calle abre sus piernas                                   y traga la noche
la gente                       que recién transitaba
desaparece

yo miro
como quien llega tarde al chiste
y cómplice se enríe

como quien finge
y dice saber,
esperar

en el fondo me lamento
tan encerrados a cielo abierto
atados al tiempo libre

el alcohol nos riega el cuerpo
que trabaja en cambio
monedas más monedas
la gran máquina giratoria nos envuelve

cuánto sudor!
para vestirme con carcasas
tan sólo!
para acceder

el mercado me reduce a un dedo
y ya -accedido-
ni se toca






domingo, 9 de junio de 2013

escribir III

para quién escribo sino para él, el que no llega, un hijo? tal vez, el de alguien, no el mío. para qué sino para dejarme, atrás, ejercer el olvido. para esperar. contar letras en vez de segundos. para callarme. para quién escribo sino para él, ese fantasma que me defrauda en cada cuerpo. ese yo proyectado que no existe ni va a existir por más de un segundo. para quién sino para evitarme. para callar esa vida y llenarla de palabras. para ella la más deseada, la menos buscada una hija? de ninguna manera la vida. no. para qué sino para irme con elegancia. para ella a quien deseo y ya ni busco porque sé que me espera. infatigable.

jueves, 6 de junio de 2013

intervalo entre versos de afuera o intento fallido de abandono del interior familiar

estar afuera, con otros. es ponerse una remera. no nos define. ni eso ni ninguna acción. no. no les creo! me aburren. los lugares comunes. la gente que tiene, los mismos deseos... no. me aburre. y no son política, o sí y no se dan cuenta. es esperanza colectiva? qué es eso? no les creo y me cuesta creer en estas caras que dicen que llevo puestas o que llevo. sería tan fácil! para mí, mendigar una etiqueta y ser eso. y cuesta tanto... sentirme cómodo... ni en mis propias caras desde fuera son mías. no es lo mismo sentir el labio subiendo que una sonrisa. no es lo mismo llenarse de colores que estar bien. no hay paz afuera y no la tengo adentro y afuera molesta. necesito espacio, en mí, espacio no invadido por falsas ideas. no sé que piensa el otro y lo pienso todo el tiempo. se me multiplica el yo, fantasmático se reproduce y me ocupa a los otros. interfiere entre nosotros. yo interfiere entre nosotros y deja de haber nosotros hay más y más yo. no quiero tocar a nadie no quiero hablar si tan-después... me veo ahí está yo. mirándome. y lo miro con desprecio. me escapo de su nuca y bajan las comisuras. dan ganas de salir corriendo y decir no soy esto no soy esto. y qué es esa mujer? y afuera se verá una. dan ganas de arrancarse la piel. estar afuera es ponerse la remera tan suave, algodón y una sonrisa al público, mamá o después el mundo. es levantarse a la hora que el tirano dijo ayer que había que levantarse hoy y hacer caso después de estar una hora dando vueltas imaginando cómo sería ser otros o por lo menos cómo sería tener otras remeras y finalmente qué remera ponerse en diez, quince, veinte nunca sí cinco, un minuto más. no hace falta en realidad sacarse la de dormir, con poner una remera digna arriba nadie lo nota. no hay. con salir alcanza y llegar tarde siempre con sonrisas y algodón, sucio, viejo, odiado. con el yo de ayer. y nadie lo nota todos tienen su sistema tan distinto. a veces funciona. a veces “te asombrarías”. nadie es lo que parece, pero sólo me importa lo que me parece. tan necio puede ser el acto de ser. todos los días el mismo. no hay caso. y encima hay que agregarle cosas. decisión, autoridad, progreso. todo ese marketing del yo. me da asco. me da asco saludar a la gente. y que te miren pensando en que soy la autoridad de este yo. y más asco me da que la respeten que la adoren que crean en la máscara. no hay nada que ofrecer y ellos. tan tiernos me creen. yo también lo haría. no hay otra forma. hay que hacerlo. y cuesta. levantarse y mojarse la cara y que sea una. y ponerse. a la mañana sonrisas algodón y todo lo que venga. o salir con esa cara de culo que tampoco es el yo y también fastidia. es ella quien intercepta la mirada de los otros cuando creo estar siendo invisible. al mundo le gusta mirarse sin espejos. yo soy un espejo de ojos cerrados. tan vacío, quebrado, inútil. va por las calles y mientras intento juntar los momentos en que las hojas de cada árbol suenan distinto y hay que apagar todos los autos en la mente para escucharlas, identificar, árbol por árbol, el sonido de las miles, cientas, muchas de pedacitas de hojas de verdes que tiemblan tornasol colores que tiemblan y hacen ruido y sentir el viento lleno de partes de la ciudad clavándose en la cara y es nada más que viento, suave, repentino que podría ser el de cualquier otro lugar del mundo pero acá- hoy- ya- es de ciudad y la mente lo transforma en otra cosa. qué tan lejos hay que ir para encontrarse. aquello que respira, yo, también, se transforma en otra cosa y la planta del pie se muere pisando el cemento y no, en realidad sigue viva encorsetada asfixiada cómoda protegida aséptica preservativa, a medias y botas se arrastra. y mientras tanto es ella quien va por las calles contando baldosas tan segura de que hay y escapando y buscando las miradas de otros. huyendo de que digan algo que indique la máscara. con un hola bastaría. entonces escapa y quizás querríamos mirar un poco algún otro espécimen de ciudad. aprender de esa simpleza, de esas caras que son una y no se preocupan por ponerse otras caras o sí pero no se nota y no me importa más que lo que veo. es decir soy como aquellos. lo peor. lo que veo de mí. es lo cierto o no. es lo que me importa. no hay descanso. espejos múltiples y ciegos que imaginan el brillo del otro que es propio y se ofuscan círculo cerrado fragmentos que se reflejan uno a otro. silencio y vacío. yo yo yo yo yo yo yo yo  y no hay descanso. afuera, 

afuera

ellos
dan ganas
arrancarse arañarse la piel
el pelo
infiltra historias
rumores
cancerosos carcomen
la memoria
se apila
como las tazas
una tras otro
los hijos
esperan su turno
tan iguales
a quién soy?
dan ganas
de arrancarse la piel
dan ganas
uno tras otro
hundir
perder los dedos
estirándose
las uñas
las horas que
los gritos
dan ganas de
en la cara
arrancarse la cara
de ellos también
se apilan uno tras otro
fraude
impostura
de arrancarse
dan ganas
no hay otro lugar
afuera
es quién soy?
ellos.


hábitat