su tocayo busco aun
hombre honesto
la han visto sus calles
mendigando atención
¡nada más!
ninguna virtud
detrás las palabras
ningún bien valioso espero
el tiempo se quebró en sus rodillas
renunciando a toda otrología
que la adquirida
en propiedad
sólo acepto una risa
como credencial de existencia
sólo el miedo
abarrota sus lágrimas
pero aún nos permanece impronunciable
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