me encuentran
hueca
como un árbol seco
nadie aboca su litigio
en el centro
anidan arañas
nadie más lo habita
pálido mi corazón
se duerme
en una esfera donde ya no sube
la esposa negra
que cuida las almas
al llegar el infierno
mundo abandonado
por toda mujer
sólo quedo esta voz
no noble! inoíble
tan sucia -vacía
el corazón se duerme y la voz susurra
se mecen
la gran noche
al látigo del cielo les atraviesa el cuerpo
para poder someterlos miles y miles de puñaladas
el otoño desnuda los árboles por dentro
hacia atrás avanza contando los meses quebrando la corteza irrompible
el tiempo
hasta que la piel se rinda y abra al cielo su brote
acá no.
el nido de arañas decide abrir campo
las delgadas piernas de la reina amenazan el pezón izquierdo
en silencio ordena a su ejército
en fila simétrica dispuestas
a abrirme fuego
yo
el gran observador
el nombre muerto
las miro
es suficiente para extinguirlas
ellas mueren mirando el rostro del dios invencible que se divierte creando su-miseria.
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