tiemblan
la caña en las fibras
hacen música nómade
las pisadas de aire
desprendido corazón de hombre
quiebre en la llanura
la caballera desliga mi cuerpo
en la sangre reclama su nombre
familia de pies ocultos
de frente me miran
del costado el universo
mujer
talón amarillo
también india
no avanza
porque ya había llegado
llano el origen- la espera para ser
el pasado amanece en sus tobillos
detrás hombres-caballo de piernas perdidas
el futuro avanza sin echar raíces
la rueda del carro chocar hace dimensiones
cuerpos de mujer dislocada
al indio habían regalado sus estrellas
cansadas terminó por renunciarlas
los pies
expulsados de la tierra
caminan sobre el manto
el hombre de ciudad las mira extinto
ha labrado el cielo con la fantasía de su ciencia
ha bordado estrellas
mesurables, abordables, telescópicas,
certeras.
detrás la tela de araña permanece
el cielo es pintado
huellas de indios sin nombre
y la caballera aplasta a los pies la tierra
entonces
el hombre empieza otra vez a crear el mundo
cosecha las migajas de una herencia
confabula monumentos a semejanza de sí mismo
descalza caballera sin nombre
en todos ellos esparces con tu carro de caballos que no avanzan
la llama de lo que habrá de ser destruido
prometea blasfémica
tu mirada basta para anunciarlo
el hombre viene a la vida como en un grito
que se abre
cuando nace
teme
cuando en abismos
la vitalidad destroza.
mi cuerpo te reclama
abuela sin nombre
india de talones
que pintaron las estrellas de mi manto.
mi carro las reúne
y la memoria.
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