tuve
atrás a un tiempo
una cola de sirena
atorada en la garganta
no sé si alguien
notó la moderada dureza en el gesto
se siente
un ejército galopante que inunda la cara mil hachas filosas que quiebran mis labios la barrera contiene los peces que vuelan por dentro
-el dí que
nadie se atreva
a ahogar mi silencio
con palabras hechas
de mil buenas
-las otras-
raciones
nadie me atreva a notarlo
que mi escamado embrión de nena
no escuche
lo que pasa acá afuera.
jueves, 31 de enero de 2013
martes, 29 de enero de 2013
plano I
nada que ofrecer
o una casa
hecha de transparencias
este edificio inútil
sin puertas ni ventanas
que al cerrarse se derrumba
y yo dentro
escribiendo en puertas sin ventanas
de libros
hechos de transparencia
que al cerrarse
me derrumban
y yo dentro
en un libro
hecho de puertas ni ventanas
que al cerrarse se derrumban
encerrado en uno de mis cuartos
hecho de puertas sin ventanas
un lugar impropio
para dejar de escribir
en un libro
y yo dentro
hecho de puertas ni ventanas
escribiendo
de un libro
que al cerrarse me derrumba
y adentro yo.
o una casa
hecha de transparencias
este edificio inútil
sin puertas ni ventanas
que al cerrarse se derrumba
y yo dentro
escribiendo en puertas sin ventanas
de libros
hechos de transparencia
que al cerrarse
me derrumban
y yo dentro
en un libro
hecho de puertas ni ventanas
que al cerrarse se derrumban
encerrado en uno de mis cuartos
hecho de puertas sin ventanas
un lugar impropio
para dejar de escribir
en un libro
y yo dentro
hecho de puertas ni ventanas
escribiendo
de un libro
que al cerrarse me derrumba
y adentro yo.
Cala
En un velatorio sueño
que regalan un ramo hermoso de calas
tomándolo en mis brazos
meciéndolo digo
hace años que no veo una de éstas
-se ve que a los muertos
nos cambian las modas-
y mientras lo arrullaba
en mi pecho pensé
en aquellas piedras
cuyo magro editor a sueldo
corrige los versos
que redactan las sombras del pasado
aquellos -los vivos-
que presionan con piedra mi cabeza
pidiendo gritando exigiendo
me-
¡a este yo tan pobre!
a este mendigo en forma de S
que quiebra la mano y la espalda
y dentro bien escondida
la sonrisa
detrás de la piedra
que presionan con su nombre
mientras sueña
que vuelo entre cenizas.
que regalan un ramo hermoso de calas
tomándolo en mis brazos
meciéndolo digo
hace años que no veo una de éstas
-se ve que a los muertos
nos cambian las modas-
y mientras lo arrullaba
en mi pecho pensé
en aquellas piedras
cuyo magro editor a sueldo
corrige los versos
que redactan las sombras del pasado
aquellos -los vivos-
que presionan con piedra mi cabeza
pidiendo gritando exigiendo
me-
¡a este yo tan pobre!
a este mendigo en forma de S
que quiebra la mano y la espalda
y dentro bien escondida
la sonrisa
detrás de la piedra
que presionan con su nombre
mientras sueña
que vuelo entre cenizas.
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