lunes, 30 de noviembre de 2015

luna

una vez, niña
las manitos como huecos
podría caber el universo
y sin embargo

una madre mendiga
con sus manos mendigas
dieron un abrazo
del tamaño cóncavo de la mano
directo al cielo
allí debió entrar acurrucada
la expectativa
que como parásito encorvó por siempre
la mano niña-

el camino es firme
allí estaba cuando nos iremos
podemos ver las huellas ancestrales
testigos la caída

puede llevarnos la vida
y se la lleva

con ojos de luna
una es otros-misma

-pero quién se atreve
a quebrar la noche con un párpado
y andar a tientas
sin ancestros reescribirse.




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