jueves, 23 de septiembre de 2010

la forma del silencio

partimos de una palabra
cualquier palabra, ninguna
es capaz de ser cualquiera.
primer supuesto.
una palabra con su historia
y con su entorno objetivo
tercer supuesto.
dicha palabra, 
necesariamente pro-e-nunciada
en un discurso
cuarto.
pongamos por caso este,
es silencio.
abismo semántico.


suponemos entonces el silencio. como si realmente existiera. como si las palabras fueran un no silencio y como si existiera una experiencia diferente a la palabra que llamamos silencio, por ponerle una palabra a la no palabra. acordamos que el silencio es el lugar o el instante de la no palabra.y pobre silencio en una doble proyección significa lo que su significante niega. es así que el silencio se nos entrega.
disfrazado de su negación para darnos tranquilidad semántica
dormimos en paz
y entre sueños, entre sueños el silencio se evidencia. se nos entrega ahora pleno. en la actualidad que lo libera de su espacialidad, de su temporalidad discursivas, se nos revela ya no como el límite de lo vacío, sino como el contorno a definir, no sólo espacio de lo pleno, sino su posibilidad.
la forma del silencio excede al discurso. lo atraviesa.las palabras no escapan al silencio. todas lo contienen más que a sí mismas, lo proyectan, lo insinúan. son labios que lo provocan,  el vidrio del espejo en que esos labios se miran.
la palabra y la no palabra contienen las mismas texturas.el límite es por lo tanto una formalidad. una convención? de ninguna manera.
el silencio es aún más coercitivo que la palabra, aún en su indeterminación que aparenta libertad.
un silencio es siempre un silencio entre palabras, pero ellas son asequibles, son discutibles, son constructibles.  la forma del silencio es una cárcel llena de posibilidades, pero posibilidades dependientes, desprendidas de un discurso, atrapadas en él.

el silencio está lleno de palabras.
las más graves, las no enunciadas
las que doy a entender.
peor aún, las que imaginas.

manejar el silencio, darle forma,
uno de los mecanismos más peligrosos
o el único espacio para la belleza.

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