viernes, 4 de octubre de 2013

materia

no
pertenece a dos mundos
uno táctil, histérico, mudo
otro de palabras
sonidas, herméticas, neuróticas

las horas se dividen duplicando sus horas
el tiempo se vuelve a una caja de remedios donde
cada uno que pasa extrae su urgencia y comprime
en sangre uno tras otro los residuos de la industria
de la salvación 

de los días no queda más que el esqueleto de un calendario
da vuelta las páginas buscando un rastro de aquellos pensamientos
cada vez más difusos
cada vez más secuestros de la imaginación que soñó en ayer cualquiera


sobre el papel se acuesta un yo seguro
externo
sus ojos se miran inquiriendo un sí mismo
que no aparece

escucha la voz que ordena
el caos de ideas de un poeta
para formar un técnico de su auto biografía

su ella se encuentra divido, extranjero
las horas bucean en un mundo de abundancia imaginaria 
las suyas resisten la sobriedad de sus cuerpo

  cualquier otro se vuelve una guerra
 frontera
peor
contacto

narciso agresivo  enjaulado en la pantalla

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