miércoles, 6 de agosto de 2014

habencias

yo
cuerpo pasajero
pendiente abrupto de sí mismo
peso que corroe el tiempo que corre
cuenta
hasta las que palabras pronuncia

con el viejo esfuerzo recostado en la espalda, habrá quién, además

habrá quien no tenga tiempo para hacerse de tiempo
habrá quien no

habrá quien jamás llegue

habrá quien además no tenga
para hacerse de cuerpo
quien no tenga, además,  techo
y busque las llaves de sus zapatos para pasar la noche sobre estos

y habrá quien no los tenga
quien camine a sueldo de manos mendigas
y quien ni eso
sobre todo ni eso
sin saber a dónde llegan los meses
si es que llegan

habrá a quien no le sonrían
ni la vida, ni los tiempos, ni las calles
más,
habrá quien no sonría
quien no tenga voz para decir
dame

habrá quien no pueda gritar en la cara
de el dedo que le hunde
en los ojos la caridad

habrá quien no pueda escribirse
no pueda pronunciarse
ni gritar con injusticia atorada en la garganta
el hambre atragantado en el esófago
 la muerte caminándole las piernas

a todos los llevo acá en esta espalda
que se sostiene en ellos
y en el gancho que me hace arrastrar
 la boca enredándome las piernas

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